“Afines de 2022 se vio una demanda contraída sostenidamente, lo que se acentuó sobre todo desde noviembre en adelante. Uno de los factores principales en ese momento tuvo que ver con la inflación que sigue impactando al país y que ha tenido un efecto importante sobre el consumo”, señala Ignacio Besoaín, presidente de la Federación Nacional de Productores de Carne, Fedecarne.
La esperanza para los ganaderos nacionales está puesta en lo que pueda pasar en el segundo semestre, en que las autoridades económicas esperan ver señales claras de que se ha ganado la guerra contra la inflación y por ende el interés de los consumidores por la carne retorne fuerza.
Rentabilidad en peligro
Mientras que 2022 fue un año con precios medianamente estables, cercanos a los 2.000 a 2.200 pesos el kilo de ganado en pie, los valores actuales, según el presidente de Fedecarne, llegan a 1.500 a 1.600 pesos.
Nada comparable con los valores que recibían en 2021, año que prefiere sacarlo del análisis, porque registró un peak de precios históricos, incluso superiores a los de potencias del Mercosur, como Uruguay, Brasil y Argentina. “Fue muy particular, porque se vivió un momento de exceso de liquidez en el país, con un consumo casi desbordado en distintas áreas y esta industria no quedó ajena a eso”, señala Besoaín.
Así como van las cosas, advierte que la rentabilidad para los productores va a ser muy ajustada este año.
Fuente el Mercurio Campo 28 de Febrero 2023 Autor: Arnaldo Guerra