La necesidad de mejorar la rentabilidad del negocio y la cada vez menor disponibilidad de trabajadores dispuestos a laborar en el campo, sobre todo en las últimas temporadas, están llevando a que muchos productores de frutas vean con interés la posibilidad de incorporar a sus huertos nuevas tecnologías que les permitan avanzar en la mecanización y automatización de las labores.
“Sin embargo, si no se prepara de manera adecuada el huerto o no se toman determinadas consideraciones que les permitan a las máquinas moverse con comodidad en el predio y cumplir su labor, esto no tendrá un mayor impacto en la gestión. Porque no mecanizamos por mecanizar, sino que para tener un impacto positivo en la rentabilidad del proyecto”, asegura Jean Paul Joublan, asesor experto en frutales.
Esto, en la práctica, implica contar con huertos que permitan el transitar y la eficiente operación de las máquinas sin afectar su productividad, para lo cual se requiere diseñar un adecuado sistema de conducción y tener suelos parejos y en buen estado, entre otras cosas.
A pesar de que los expertos indican que técnicamente es posible adaptar un huerto frutal antiguo para la mecanización, lograr ese objetivo, sobre todo en determinados cultivos como el manzano, es tremendamente difícil.
Así, por ejemplo, Eduardo Rauld, asesor experto en manzanos, comenta que la mayoría de las experiencias relacionadas con este tema en las que ha participado ha resultado “un desastre”. “El proceso, a menudo, deriva en que los huertos resultan con graves problemas de productividad, que son súper difíciles de resolver”, afirma.
Si bien no todas las especies frutales son iguales, los expertos concuerdan en que la mejor forma de mecanizar o agregarle tecnología a un huerto frutal es considerando las distintas variantes desde el diseño del proyecto.
“Lo mejor es que los productores siempre piensen antes en lo que querrán incorporarles a los huertos. Por ejemplo, si en el futuro quieren integrar un robot de cosecha o máquinas para poda y otras labores, hay que pensar en aspectos como el marco de plantación, ajustar el diseño y sistema de plantación que sea compatible con esto. Y esto en la práctica significa en el caso de algunas especies evitar las copas y propiciar los sistemas de espalderas”, indica Stanley Best, investigador del INIA Quilamapu y especialista en agricultura de precisión.
Fuente: El Mercurio Campo 13 de Diciembre de 2022