Desde que se detectaron por primera vez en los huertos de arándanos del país, hace algunos años, las enfermedades de la madera se han convertido en una de las principales amenazas sanitarias para este cultivo, debido a que su ocurrencia está asociada a la caída del rendimiento productivo de las plantas.
“Nuestra experiencia indica que podemos tener una pérdida de productividad insignificante o de hasta del 100%, en los casos más graves”, asegura Andrés France, fitopatólogo del INIA Quilamapu.
Pese a que la eliminación definitiva de estas patologías de los huertos resulta casi imposible, en los últimos años se han desarrollado algunas estrategias, basadas en la implementación de diversos manejos y la aplicación de tratamientos químicos y biológicos, que permiten convivir con ellas, extendiendo la vida útil de las plantas.
Fuente: El Mercurio Campo 06 de Junio de 2019